Aprendiendo Latín
domingo, 27 de mayo de 2012
EL LACIO, CUNA DEL LATIN Y ORIGEN DE NUESTRA CIVILIZACIÓN.
Hubo en la Italia antigua una región, el Lacio, cuyos habitantes hablaban un idioma que habría de extenderse más tarde por casi todo el mundo entonces conocido.
Roma era la ciudad principal del Lacio, y el latín la lengua hablada por sus pobladores.
Roma conquistó primero los otros pueblos de la península itálica antes de dominar la Galia, España, Grecia, parte de Asia, el Norte de África, etc. En casi todos los casos, las legiones romanas vencedoras impusieron a los pueblos conquistados, su lengua -el latín-, sus leyes y sus costumbres.
Aprender latín es, pues, para nosotros, no sólo remontarnos a la fuente de nuestro idioma, el español; sino llegar a comprender el origen de nuestras ideas, de nuestras costumbres y leyes, en una palabra, de nuestra civilización.
EL LATÍN Y LAS LENGUAS ROMANCES.
Mientras que la gente culta de las naciones sometidas por Roma se esforzaba en hablar y escribir un latín puro y correcto, el pueblo trataba de reproducir en la pronunciación las palabras que oía, de las que no percibía claramente más que las sílabas acentuadas.
Hay que exceptuar, en efecto, aquellos pueblos de cultura superior, como el griego, que conservó su idioma.
Estas nuevas lenguas no eran ya el idioma que transmitieron los romanos. Tampoco eran aún las que más tarde se llamarían español, francés, italiano, rumano, catalán, gallego,portugués, etcétera.
Por derivarse del latín, lingua romana, esas nuevas lenguas fueron denominadas neolatinas, rómanicas o romances.
EL ESPAÑOL, LENGUA ROMANCE.
El español procede del latín vulgar; es, por tanto, una de las lenguas romances.
De cada cien palabras de nuestro idioma, no menos de sesenta provienen del latín. Algunos estudiosos del idioma afirman que el número de palabras de nuestro léxico que proceden del latín no es inferior a 75%.
Grande es también la semejanza entre la sintaxis latina y la española; y es posible afirmar que nuestro idioma es digno heredero de la grave, rica y armoniosa lengua del Lacio.
Mira y escucha la siguiente aria y trata de escuchar la letra y entender lo que significa en español.
Ave María, grátia pléna, Dóminus técum.
benedicta tu in muliéribus, et benedictus frúctus véntris
túi, Jésus. Sáncta María, Máter Déi, óra pro
nóbis peccatóribus, nunc et in hóra mórtis nóstrae.
Amen.
EL LATÍN Y EL ESPAÑOL: ANALOGÍAS Y DIFERENCIAS.
ANALOGÍAS.
- Por su vocabulario, por su sintaxis, por su musicalidad, el latín se parece al español.
- Español y latín pueden expresar los accidentes gramaticales género, número y persona por medios similares en muchos casos.
- Los pronombres personales en el sujeto son poco usados en ambas lenguas.
DIFERENCIAS.
- En español, el orden de colocación de las palabras para indicar su función en la oración, es bastante rigido. En el latín, el orden de colocación de las palabras en la oración varía casi a voluntad; ya que es la terminación la encargada de indicar la función de aquellas.
- Dentro del español, no existe principalmente la declinación, excepción hecha de los pronombres personales y en el latín, existe la declinación: cambios que una palabra experimenta en su terminación para indicar su funciónen la oración: sujeto, complemento, etc.
- El español es analítico y preciso. expresa con una palabra particular cada elemento de una idea compleja. Ejemplo: "Los pueblos próximos a la ciudad". El latín es sintético y conciso. Expresa con una sola palabra una idea compleja. Ejemplo: vicinae urbi nationes. Los pueblos próximos a la ciudad.
- Es el español más rico en palabras que el latín.
- El español es abstracto. Ejemplo: "Gritos de admiración", mientras el latín es concreto. Ejemplo: Clámor admiratium. Gritos de gente que admira.
Para ilustrar cuanto hemos dicho, sea la oración "La joven adorna la estatua de la diosa Flora con unas coronas de rosas", que en latín puede traducirse de las siguientes maneras:
- Puella ornat statuam deae Florae coronis rosarum.
- Puella statuam deae Florae coronis rosarum ornat.
- Deae Florae statuam puella coronis rosarum ornat.
- Ornat rosarum coronis statuam deae Florae puella.
- Puella deae Florae statuam rosarum coronis ornat.
Siete palabras latinas que traducen las catorce españolas y cinco distintas maneras de colocarlas, podríamos variar todavía más el orden, pero en todos los casos sería el mismo significado.
Son las terminaciones -a, -ae, -am, -arum, -is, -t, de las palabras latinas las que sustituyen a estas españolas: la, una, de la, de, con unas, etcétera.
PRONUNCIACIÓN LATINA.
El alfabeto latino persiste en el idioma español, pero en aquél no existía la ñ, y algunas letras tenían pronunciación distinta a éste.
- c se pronuncia como k.
- ch se pronuncia como k.
- j se pronuncia como i.
- ph se pronuncia como f.
- ge, gi se pronuncia como gue, gui.
- que, qui se pronuncia como kue, kui.
- v se pronuncia como u.
- el diptongo ae se pronuncia como ai.
- el diptongo oe se pronuncia como oi.
- el diptongo au se pronuncia como au y o.
Tampoco existía la letra ll española. Esta letra debemos de pronunciarla separada: así: ille, ancilla, puella se dirán il-le, ankil.la y puel-la.
CANTIDAD Y ACENTUACIÓN.
Las sílabas, en latín, pueden ser breves o largas. Algunos gramáticos escriben el signo ( - ) encima de la vocal larga, y este otro ( ˘ ) arriba de la vocal corta. Pero estos signos no existían en el latín para indicar la cantidad, como tampoco existió el signo del acento.
En el latín no hay palabras agudas; sino llanas o esdrújulas. Todas las palabras de dos sílabas son llanas o graves y deben acentuarse prosódicamente en la penúltima sílaba.
Las palabras de tres o más sílabas se acentúan en la penúltima si ésta es larga, y en la antepenúltima si la penúltima es breve.
REGLAS EN EL LATÍN.
Para leer correctamente los textos latinos en que aparecen los signos ( - ) ( ˘ ), deben tomarse en cuanta las siguientes reglas:
1a. Toda vocal que forme diptongo o le sigan las letras j, x, z o dos consonantes tiene, por regla general, la cantidad larga.
2a. Toda vocal seguida de otra vocal generalmente es breve.
3a. El signo - denota que la vocal sobre la que se encuentra es larga; el signo ˘ indica que es breve.
4a. Cuando sea larga la penúltima sílaba de una dicción polisílaba, sobre ella se ha de cargar el acento: si fuere breve, se le llevará a la antepenúltima. Así, musurum, Iberi, Quirites, candoris, paludis, se pronunciarán musárum, Ibéri, Quirítes, candóris, palúdis; y por el contrario, Asdrubalis, pueri, constitit, filiolus, consules, se pronunciarán Asdrúbalis, púeri, cónstitit, filíolus, cónsules.
5a. En las palabras de dos sílabas se cargará siempre el acento en la primera, cualquiera que sea su cantidad.
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